Esta película está considerada una obra menor en la filmografía del dúo Scorsese-De Niro sin embargo esta perturbadora comedia-sátira nos muestra a un De Niro en una de sus mejores y más inusuales caracterizaciones como un cómico lunático obsesionado por convertirse en celebridad del humor.
La película es oscura y espeluznante, maneja escenas inquietantes, donde vemos a un De Niro interpretando el papel de Rupert Punkin que esta totalmente desquiciado que hará lo que fuera con tal de alcanzar su sueño: actuar en el programa de Jerry Langford, el humorista nº 1 de la Gran Manzana. Tras insistir e insistir infructuosamente a su ídolo, llega a extremos de acosador patológico, el novato opta por la vía radical y secuestra a Langford con la ayuda de otra lunática fan, con el objetivo de chantajear a la cadena e interpretar en televisión el monólogo que cree que al fin le hará famoso.
Scorsese desmenuza con lucidez y mordacidad los mecanismos y la demencia que rodean al mundo del espectáculo. Todo ello personificado en el reflejo de Pupkin, un irreductible optimista, candidato a sucesor de rey de la comedia que colecciona autógrafos de forma obsesiva, víctima de una cultura que idolatra a sus comediantes.
Scorsese y De Niro logran mantener la tensión en todo momento, con momentos brillantes y "enfermizos" durante toda la película, gracias la locura y a las ideas estrafalarias del personaje de Robert De Niro. Una tensión que tenemos como resultado de la mezcla de la curiosidad por saber lo que intentará Rupert Pumpkin y vergüenza ajena por cada uno de los actos que la paranoia le provoca hacer en su camino para conseguir la fama en el mundo de la comedia.
Mariano Cipriano Herrera
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